Metrópolis una mirada distinta a la
realidad
Una sociedad en crisis, un paralelo
entre clases sociales muy marcado y una ciudad futurista es con lo que se da
inicio a esta increíble cinta, “Metrópolis”, una producción cinematográfica
dirigida por Fritz Lang en el año de 1927 con un contexto histórico ubicado en
2026, es quizá este el mejor inicio de una historia que sería la encargada de
transportar a los espectadores a una nueva realidad en la que se transforma y
se tiene una visión de lo que sería el mundo unos años después.
Una sociedad en decadencia y el
progreso científico constante que se va dando a través de los años fue en lo
que se inspiró Thea Von Harbou para
realizar el guion de esta increíble y
prometedora historia, una obra que haría parte de las grandes producciones que
fueron cumbre del expresionismo alemán y que fijaron su foco en hacer escenas
con un sentido verosímil a partir de una estructura aristotélica, divida en
tres actos y contando con dos puntos de giro muy marcados que darían el sentido
a la historia junto con las distintas tramas que se mantienen y evidencian durante
casi todo el film, tramas que estaban ligadas completamente a realizar una
comparación entre dos distintas clases sociales, una dominante y autoritaria,
en la que Johan Fredersen sería la expresión máxima del ser superior y otra que
estaba al servicio de máquinas, la clase trabajadora y obrera, en la que María,
una joven rodeada de niños, estaría ubicada; durante el desarrollo de la
historia se ve como el personaje principal, Freder, hijo de Johan, conoce a María
y es ella quien muestra la cruda realidad de una clase baja que esta mecanizada
debido a el trabajo intenso y la monotonía en sus días. Aunque la historia es
uno de los puntos, quizá, mas importantes, el montaje y las escenas forman
parte significativa de esta producción debido a que a partir de allí se
pretendía construir un relato y un sentido al hilo y desarrollo de la historia.
Más que una película de simple
entretenimiento se ve el trasfondo de crítica social, mostrando sin ningún tipo
de censura como las clases sociales funcionan, mientras los más poderosos
reinan y disfrutan de todo aquello que tienen, lo de la clase obrera deben
trabajar sin importar su estado físico, mantener su trabajo para sobrevivir un
día más en una sociedad preocupada por el crecimiento y no por las personas, ya
que aquellos que gobiernan lo tienen todo y aun así desean más.
Steban Gómez Cañón
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