Nos encontramos en Pinamar
(ciudad costera de Argentina) donde llegan dos hermanos: Pablo y Miguel para
vender el apartamento de su fallecida madre, lo que en principio parecía un
viaje muy rápido para concluir con esta tarea se complica por la aparición de
Laura; una amiga de infancia de los chicos ya que ambos se sienten atraídos por
ella.
Si bien la muerte de la
madre de los muchachos es el eje central de la película, la historia no nos es
contada desde este punto, el problema se descubre un poco después del inicio
del filme, así mismo la relación entre los personajes no se puede asumir desde
la primera escena pues no hay imágenes que nos den indicios de lo que será la
trama, la película nos arroja de entrada a un momento particular en la vida de
los personajes, como si uno estuviese allí siendo testigo de la vida de un
problema casual de personas casuales que no muy difícilmente encontraríamos en
el mundo.
El filme busca sincronizarnos
emocionalmente con Pablo, quien parece ser el más afectado de los dos hermanos,
o eso se puede interpretar debido a varios aspectos formales del filme, como la
fotografía compuesta por muchos planos generales que nos muestran a las
personas pequeñas enfrentadas a la amplitud de su entorno, usualmente del mar, también
el azul está muy presente en casi toda la película, que si bien contribuye a la
atmósfera marítima de la ciudad donde se ambienta la historia, también imprime
cierto carácter melancólico.
Por otra parte los diálogos o más bien la
falta de estos, igualmente contribuyen a la carga emocional del filme, pues
parecen estar reducidos a momentos claves de la historia, momentos donde se
deban revelar cosas importantes o la interacción visual y corporal de los personajes
no baste, de lo contrario nos encontramos
con tales tomas tristes que se complementan con las interpretaciones pasivas de
los personajes, incluso el papel de Miguel ,que a diferencia del retraído y
tímido Pablo es extrovertido y alegre, no logra inundar las escenas con su
emoción.
Lo apacible del filme parece cambiar hacia el final,
cuando Pablo decide no vender el apartamento, cuando en un choque emocional de
la nada cambia de parecer, de la opinión de la que se aferraba desde el
principio, cuando al final logra hablar y ser honesto con su hermano y consigo
mismo, sobre sus sentimientos, lo que significa el apartamento en Pinamar y lo
que siente por Laura.
Al final del filme nos quedamos contemplando un plano
general aéreo desde donde podemos distinguir a Laura y Pablo entre la gente, ¿y
qué mejor escena para materializar lo que es el filme? Pues esto es Pinamar,
una historia real de cualquier persona en el mundo, no hay pretensiones, no hay
efectos exuberantes, ni diálogos brillantes, solo personas con las que nos
podemos identificar.
No queda muy claro por qué como espectadores nos sincronizamos emocionalmente con Pablo. Y de nuevo, falta un enlace con el tema que planteas, la casualidad, que me parece interesante. 4.5
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