Nosferatu: un vampiro sin color
Nosferatu, una excelente adaptación del director F.W. Murnau en la pantalla grande (1922) de la novela escrita por Bram Stoker, Drácula. Sin duda el inicio de un fascinante género de terror, el cual en pleno siglo XXI sigue en furor y nos entretiene con sus oscuras historias.
A pesar de ser una película muda, con diálogos escritos, que nos podría generar en una primera instancia la sensación de ser algo aburridor, sin embargo, como todas las obras maestras de este género, nos deleita con sus escenas, suspenso y poco a poco nos va envolviendo.
Thomas Hutter, un hombre de negocios, se ve envuelto en una serie de situaciones con su nuevo cliente Orlok, quien vive en un castillo en Transylvania.
Es interesante analizar como desde este momento, un ser ficticio como lo es Drácula, empieza a tener una evolución en la historia del cine, colmándonos como aventuras intrigantes, apasionantes, en donde nos pone a pensar que puede existir otro tipo de vida, al igual que lo hacen las películas de ficción.
Una de las escenas más memorables de esta película, es cuando el conde Orlok viaja en un barco hacia la ciudad ficticia alemana de Wisborg, quien lleva consigo una serie de ataúdes los cuales son obviados por la tripulación. Nunca antes hubiéramos concebido una barco tan aterrador como hasta este momento.
La perspicacia como Murnau nos muestra está historia te terror es algo extraordinario, a pesar de evidenciar un silencio terrorífico, la película se torna en una representación teatral, en la que nos vemos enfrentados a nuestros temores, demonios y por qué no decirlo a nuestro ser animal e instintivo.
Siempre hemos querido contar con poderes, tener facultados extraordinarias, como volar, ser invisibles y por la tanto, a pesar de no tenemos ninguna de estas facultades, logramos plasmar todos nuestros deseos en el arte.
En este caso a pesar de que se trata de un ser aterrador, si analizamos más allá de este personaje, podemos ver representado en cierto modo como es el ser humano; no bebemos sangre, aunque en ciertas culturas sí; la noche nos seduce tanto como a escritores como a cualquier otro artista, nos inspira y gracias a ella surgen increíbles creaciones. La noche nos desinhibe…
¿Quién no ha tenido la curiosidad de saber cómo sería una vida sin efectos de tiempo, sin llegar a envejecer?
Drácula sigue vivo, tanto en la pantalla grande como en nuestro interior y por muchos años más, seguirá deleitándonos con su envidiada o desdichada vida eterna.
Andrius La Rotta
Ojo con la redacción: "La perspicacia como Murnau nos muestra está historia te terror es algo extraordinario.." Hubiera sido interesante que empezaras con el 7 y el 8 párrafo, para enlazar desde ahí todo el resto de las ideas. Creo que también hace falta argumentar mejor por qué Nosferatu es una película que se mantiene actual. 4.0
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