lunes, 28 de agosto de 2017

¿En qué mundo vive Alicia?

¿En qué mundo vive Alicia?

Alicia (1988), un extraordinario film del director checoslovaco Jan Švankmajer, en el que no solo nos muestra una visión original de la reconocida novela de fantasía, escrita en 1865 por el británico Charles Lutwidge Dodgson, conocido como Lewis Carroll, sino que nos muestra un mundo surreal, influenciado por los sueños.

Las aventuras de Lewis Carroll en el país de las maravillas no son para nada un cuento de hadas, ni una fantasía, como no lo muestran. Es una mezcla de simbolismos y de la parte inconsciente de su protagonista, al principio podría parecer algo totalmente absurdo, pero sin duda alguna una pieza para nada realista, la cual fácilmente tendría la aprobación de Breton, Dali, Magritte, entre otros.

Una obra surrealista muestra objetos familiares o palabras juntas para que se conviertan en cosas extrañas, pero cargadas de mucho significado.

Esta increíble animación, fuente de inspiración para posteriores directores, respeta tanto grandes como chicos, invitando a los adultos a revivir su infancia y adentrarse en su interior.  

Alicia, una niña que, como cualquier otro infante y curiosa por la vida, deje volar su imaginación encaminándose en una serie de circunstancias muchas veces absurdas, pero con toques psicológicos manifestados por animales, en este caso un conejo y un ratón, quienes acompañan su viaje y   
elementos como un naipe y un reloj, que se pueden interpretar respectivamente, como el azar de la vida y el tiempo.

Es indiscutible el realismo mágico en el que nos envuelve este director, nos cuestiona, nos muestra una forma diferente de ver las cosas y tal vez, pareciera que fuera un grito, un grito hacia los mundos perfectos, en los que siempre hay un final feliz y porque no, una crítica directa a la versión de Walt Disney (1951), en el que se presenta una adaptación enfocada más hacia los niños.  

Si realmente quiere conocer a una Alicia más real, tangible, sin dejar de lado su mundo colmado de maravillas, este es el film correcto, para dejarse llevar, cuestionarse, creer que con pocos recursos tecnológicos se pueden lograr cosas increíbles, que nuestras ideas no tienen limite y que en los sueños podemos encontrar un rompecabezas que si lo sabemos descifrar encontraremos la respuesta a muchas incógnitas.

Y como un fuerte seguidor del surrealismo que soy, diría: deja volar tus sueños, vuela despierto, pero cuando duermas, sumérgete y disfruta del mundo fantasioso que tú mismo creas.


Andrius La Rotta 

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