¿La única limitación para narrar una historia es nuestra imaginación?
Nos encontramos Georges Méliès en su corto número 14 "Un viaje a
la luna", en el que interviene como productor, guionista, actor, director de
fotografía y creador de efectos visuales.
Esta película logra establecerse como la primera obra de ciencia
ficción, se encuentra cargada con elementos característicos del género como las
cápsulas espaciales, los viajes fuera de nuestros dominios, la exploración de cuerpos
celestes nunca antes vistos y descubrimientos sorprendentes. La obra es un desborde
de imaginación, fantasía y humor, que inmortaliza imágenes como la de la luna
con rostro humano, el choque de la cápsula en el lagrimal de uno de sus ojos,
la observación de objeto desde las estrellas, el aspecto inocente y
monstruoso de los habitantes de la luna, indefensos ante los golpes de paraguas.
El tono
del relato, con una dosis sutil de surrealismo, juega con el absurdo y lo
imposible. Los cortos de la época tenían una duración aproximada de 2 minutos y
trataban temas de la vida cotidiana, Méliès se atreve a ensayar con la duración
y el contenido.
La fotografía se beneficia de efectos visuales muy creativos
y recursivos. El vestuario una evocación mágica, sitúa el conocimiento
humano en los poderes ocultos. Los decorados sobresalen por su variedad y
riqueza de detalles. El guion construye una historia fascinante y entretenida.
La dirección se beneficia de la experiencia previa de Méliès como actor teatral e ilusionista.
“Un viaje a la
luna” es una
película icónica y probablemente la película más famosa de la década
de 1900. También es una ventana a una edad más simple en la que no se sabía
el potencial y posibilidades que da el cine. Todo lo que puedo decir es
que realmente deberías verlo por ti mismo.
Steban Gómez Cañón
Revisada.
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