lunes, 14 de agosto de 2017

La Cerca: Separando principios

Cortometraje dirigido por el cineasta Rubén Mendoza, quién es uno de los directores más importantes del cine Colombiano, gracias a sus producciones que han logrado llegar a grandes festivales nacionales e internacionales.

Con el guion, este cortometraje ganó en 2003 el primer premio en la convocatoria de la Cinemateca Distrital (el premio más importante del país). De allí, La Cerca ha sido seleccionada para participar en competencia oficial en más de 23 festivales, entre ellos llegó a la sección Cinéfondation del Festival de Cine de Cannes (Francia).


La Cerca relata la vida de una familia humilde en el campo, donde el padre Juan Cristo, prestó sus servicios a uno de los grupos que mataba a sus rivales, lo que generó el repudio de su hijo Francisco, y lo llevaba a tener sueños en los cuales mataba a su padre. Ante la muerte de su madre, el deseo de esta era que los predios de su esposo Juan Cristo y la herencia de su hijo Francisco se fusionaran en uno solo, tumbando la cerca que divide sus terrenos, pero los recuerdos de la maldad de su padre no le permitieron cumplir con esa voluntad materna, terminando el 31 de diciembre a las 12 de la noche con la vida de su padre, quemándolo como un año viejo.

El cortometraje se sitúa en la época de la violencia de los partidos políticos, liberal y conservador que se nombran en el mismo como godos y cachiporros, y la iniciación de las guerrillas llamadas como chusma. El partido liberal representaba ideas de renovación y era mayoría, y el partido conservador representaba las ideas tradicionales, y se disputaban el poder político generándose violencia entre estos por la falta de solidez de las instituciones políticas, lo que vino a frenarse ante el acuerdo del Frente Nacional en el cual se alternaban el gobierno los dos partidos.

Si bien es cierto, el cine en Colombia es variado en sus géneros, solo que no conocemos más de lo que nos muestran; realidad, violencia y narcotráfico. Tal vez por ello, el colombiano no se interese en buscar otras propuestas. Personas como yo, buscamos en el cine y en el arte, un escape de la realidad, no queremos invertir en historias que, sin desmeritar a los productores y artistas, se ven reflejadas a diario en las noticias y en la vida misma.

En ese contexto, Rubén Mendoza entra en el mal llamado “género colombiano” por su temática violenta, de conflictos familiares y políticos, pero de una manera diferente, ya que más allá del trágico final, nos hace reflexionar sobre el perdón, las consecuencias de las malas decisiones, en el caso de Juan Cristo, quién cegado por la sed de llevar al límite sus ideales políticos, asesinaba y torturaba sin pensar en el daño que causaría emocionalmente a su hijo; en lo mal que puede terminar el hecho de guardar tanto odio y en el efecto inconsciente  que genera la violencia.

Más que una cerca que dividía las tierras, dividía los principios y estilos de vida tan distintos de cada uno. El padre, por un lado, acostumbrado a resolver los problemas con su machete, y el hijo, alguien quien aprecia la tranquilidad y prefiere bajar la cabeza para no entrar en conflicto.  Y así nos pasa; podemos vivir tan cerca de algo o alguien con quien no tengamos afinidad o que no comparte nuestra manera de ser o pensar, y colocamos una barrera, nos alejamos o nos llenamos de odio en vez de entrar en un diálogo o encontrar la manera de conciliar.  Pero evidentemente, no siempre queremos llegar a la conciliación. Muchas veces somos como Francisco, nos apartamos si algo no nos parece moralmente correcto o si no le aporta algo positivo a nuestra vida, y eso es algo bueno. Cortar contacto con las cosas o personas que nos hacen mal, es una decisión difícil, aún más si de familia se trata.

En otras ocasiones somos Juan Cristo, hacemos daño y pensamos que en la otra persona no va a generar ningún impacto, y si lo genera, somos egoístas y esperamos que lo supere por su cuenta.

Tal vez el final hubiera sido distinto, si ninguno hubiera sido extremista. Ni es bueno bajar la cabeza y no decir nada, ni tampoco pasar por encima de los demás con la convicción de defender nuestros ideales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario