Elementos como naves espaciales,
civilizaciones no humanas y viajes más allá del planeta Tierra no son ajenos a
producciones cinematográficas a las que la sociedad moderna está acostumbrada a
ver hoy, y aunque es usual que dichos elementos hagan parte de obras que
centran sus argumentos en las posibilidades humanas y el futuro, cabe resaltar
que no son objetos ajenos al pasado, más específicamente al pasado del cine.
En Un Viaje a la Luna (1902) de Georges Meliés un grupo de astrónomos
diseña y construye una cápsula espacial que los llevará a la Luna a su llegada
no tardan en hacer contacto con una civilización salvaje e ingenua que los
conduce con su rey al que accidentalmente asesinan, logran escapar, caen al mar
y son finalmente recibidos con una celebración en la tierra.
Es una secuencia de treinta
escenas, sin diálogos y dotada de mucha teatralidad y humor. Vista desde la
actualidad puede resultar absurda, hasta risible por la exageración de sus actuaciones,
ornamentos y montajes y la aparente torpeza de sus efectos visuales, pero no se
debe olvidar que es una película que ganó un papel de suma importancia en la
historia del cine por sentar un precedente para la creación de obras de ciencia
ficción.
Si bien el género de la ciencia
ficción no se restringe al séptimo arte, pues sus precedentes se pueden
apreciar en las obras literarias de autores como Julio Verne y George Welles,
fue con obras cinematográficas como las creadas por Meliés que el género se
materializa visualmente para entrar a ser parte de la cultura popular y el
colectivo imaginario.
Ignorando por un momento los
aspectos técnicos y la sofisticación de los efectos visuales que las producciones
cinematográficas (en particular las de ficción) logran hoy en día, se observa
que la mayoría de ellas tienen algo de Un
Viaje a la Luna. Se puede decir que referentes actuales de la ciencia
ficción como Gravity (Alfonso Cuarón,
2013) e Interestelar (Cristopher
Nolan,2014) por ejemplo, son una extensión de la obra de Meliés por cuanto
retratan historias de seres humanos que son capaces de explorar más allá de los
límites de la Tierra, que son capaces de hacer realidad hazañas que hasta ahora
solo pueden existir en la mente humana. Para Meliés y la sociedad de su época
lo ficticio era hacer un viaje a la luna, para la civilización del siglo XXI es
la posibilidad de viajar a través del espacio-tiempo.
El hombre que hacía el viaje a la
Luna en la película de 1902 tenía un aspecto más cercano al de un mago que al
de un explorador espacial tal como lo conocemos hoy, pues el hecho de concebir salir
de la Tierra en aquella época parecía ser producto de la fantasía y la magia, y
aunque los filmes actuales tomen matices más cercanos a la realidad de acuerdo
al desarrollo y avances de la sociedad misma, los elementos esenciales
perduran, los sueños y la inquietud de lo que puede ser están presentes, tal vez los viajeros espaciales del cine
actual no luzcan como magos, pero ¿que sería de ellos sin la magia de Meliés?
Por Karen Juliana Espitia
Por Karen Juliana Espitia
Revisada.
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